Entrevista con Álvaro Piñeiro, franquiciado de Duldi Abando

Álvaro Piñeiro Duldi Abando

BUSCADOR DE FRANQUICIAS


“Antes de llegar yo a Duldi, Duldi vino hacia mí” Duldi Abando acaba de abrir sus puertas. Su inauguración tuvo lugar el pasado viernes 30 de junio. Una franquicia al frente de la que está Álvaro Piñeiro. Durante su estancia en la central para realizar la formación, ha explicado su experiencia con Duldi hasta el momento.

Coméntanos un poco quién eres y de dónde vienes.

Me llamo Álvaro Piñeiro Hernández. Vivo en Castro Urdiales, un municipio cercano a Bilbao que pertenece a la Comunidad Autónoma de Cantabria. La época de la niñez hasta bien entrada la adolescencia la pasé en un pueblecito de Cantabria, llamado Liendo. En él pasé muy buenos años. Durante esa época, hice los estudios obligatorios hasta el bachillerato.

Posteriormente, siguiendo un poco la profesión familiar, estudié la carrera universitaria de Derecho. Y a partir de 2015 empecé a ayudar a mi padre en su profesión como Asesor Fiscal.

¿Cómo surgió la idea de montar una franquicia Duldi y cómo llegas hasta aquí?

Todo empezó con la inquietud de empezar un pequeño proyecto, que no necesitara una excesiva inversión para ponerlo en marcha. Y que, al mismo tiempo tuviera potencial de rentabilidad atractivo. Además, también valoré mucho el hecho de que no era necesario tener una gran cantidad de personas trabajando para llevar a cabo la gestión diaria del negocio. Y que la misma operativa y gestión no fueran excesivamente complicadas. Sobre todo porque es la primera vez que me metía en un “lío” de estas características.

Después de mucho tiempo buscando sectores que no fueran de consumo estacional, terminé en el sector de la alimentación. A partir de ahí, la franquicia Duldi apareció de repente. Y lo que leí en un primer momento me gustó tanto que me animé a rellenar el formulario de contacto. No tuve necesidad de buscar nada más.

Al día siguiente, una chica (y una de las personas más espectaculares que he conocido, a la que realmente no sé cómo dar las gracias por todo lo que está haciendo por mí y por este proyecto), me llamó por teléfono para contarme con todo detalle en qué consistía su modelo de negocio y de franquicia; cuáles eran las condiciones económicas; y todos los pasos a seguir para convertirme en franquiciado y terminar creando y gestionando un tienda Duldi. En esa primera charla, también me informó sobre una de las cosas más importantes que debía tener muy en cuenta. Me estoy refiriendo a los requisitos de ubicación que debe reunir el local en el que se implante la tienda.

Esta persona, por si no ha quedado claro, es Fátima. De verdad, no me salen las palabras para agradecerte todo lo que aguantas día tras día y semana tras semana.

Después de varias conversaciones, cruces de emails e intercambio de opiniones sobre distintos locales, sucedió una cosa muy curiosa. Y es que, antes de llegar yo a Duldi, Duldi vino hacia mí.

En este momento, tengo que referirme a otra gran, enorme y bellísima persona que, sin su ayuda y enseñanzas no hubiera sido posible haber conseguido los locales que hemos conseguido; ni que igual me hubiera decidido a formar parte de la familia Duldi. Estoy hablando de mi amigo y compañero Josant. Casualmente, él se encontraba de ruta por el norte de España visitando a los franquiciados de esas zonas. Y como había coincidido mi “llegada a Duldi” en esas fechas, le animaron a que me acompañara a visitar todos los locales que yo le había enviado a Fátima, para ir a verlos con él. Después de una tarde alucinante; de un aprendizaje valiosísimo y de eliminar todos los locales iniciales, porque no reunían los requisitos para ser una tienda Duldi; solo me quedó clara una cosa: “yo no podía perder la oportunidad de vivir esta experiencia”.

A partir de ahí, viajé a Barcelona a conocerles. Y, en particular, a conocer personalmente a “La Fati” y a “La Montse”. Y qué decir de ti, Montse, si desde el primer día has sido como una “madre para mí”; guiándome en todo momento; aguantando mis dudas; mis comeduras de cabeza; mis nerviosismos; mis broncas y mis problemas. Y te has vuelto loca por hacer que todo salga a la perfección y que yo me sienta como si llevara más de 20 años formando parte de esta gran familia.

¿Por qué te has decidido por Duldi?

Creo que ya lo he dicho todo en la respuesta anterior. Pero para resumirlo un poco puedo decir que por las siguientes razones:

  • Por el trato tan atento que he recibido de todo el equipo desde el principio de la aventura.
  • Por las condiciones económicas de la franquicia. Tanto por la ausencia de canon de entrada y de royalties; como por el volumen moderado de la inversión para poder empezar.
  • También por la formación continua que prestan al franquiciado. Así como, en su caso, a todo su equipo.
  • Por la confianza que han depositado en mí desde el primer día. A pesar de que todavía no había viajado yo a Barcelona a conocerles. De verdad, perdonadme por cambiaros los esquemas una y otra vez.
  • Porque, a pesar de ser una empresa enorme, en ningún momento te sientes un desconocido o un número; sino una persona más que forma parte de un proyecto conjunto y compartido por todos los que participan en él.
  • Además, porque el apoyo desde que empiezas y durante todo el camino es continuo. Siempre encuentras alguien dispuesto a ayudar, incluso fuera de las horas de trabajo.
  • Porque puedes colaborar con ellos en todo momento, aportando ideas y planteando cosas. El trabajo es muy conjunto entre todos. No excluyen al franquiciado de participar en ninguna de las fases del proceso de desarrollo de una tienda. Si quieres, puedes estar presente en todo.
  • Porque, a medida que pasaban los días me daba cuenta de que, ante cualquier problema que surgiera, ya sea en el momento que sea, iba a poder contar con ellos.
  • Y porque se preocupan mucho porque el franquiciado esté completamente informado de todo.

Hablemos un poco del local. ¿Dónde está ubicado? ¿Cómo ha quedado la tienda?

El local está situado en la ciudad de Bilbao, en la calle Elcano, esquina con la calle Hurtado de Amézaga. La verdad que ha habido un poquito de suerte. Después de algún mes mirando locales sin parar; y saturando a mi compañera Fátima con local para aquí, local para allá; conseguí dar con este local. En él se cumplían todas las condiciones que debe reunir un local para tener posibilidades de funcionar.

El único inconveniente que puede tener el local son sus dimensiones. Tiene una superficie útil de 35 m2 y estamos un poco limitados en cuanto al espacio. Pero no podíamos desperdiciarlo porque la zona lo merecía. ¡Es una esquina brutal! (y esto último mis chicas lo entenderán).

De momento estoy contento con todos los progresos que día a día se van sucediendo. Y, además, confío mucho en Duldi y en que lo que hemos montado va a ser algo espectacular. Por toda la información de la dispongo, estoy convencido al 200% de que va a ser así.

¿Cómo estás viviendo a nivel personal los inicios de esta nueva aventura empresarial?

Pues en realidad con mucha tranquilidad, pero con muchísimo ajetreo diario a la vez. Sí que es cierto que a medida que pasa el tiempo los nervios empiezan a llegar y por las noches el sueño no aparece.

Está siendo una experiencia que siempre voy a llevar conmigo. Y me alegro mucho de haberme decidido a empezar con este proyecto. Sobre todo, por todo el conjunto de personas que he tenido la oportunidad de conocer hasta la fecha.

Y ya para acabar, ¿te atreverías a dar algún consejo a futuros franquiciados?

Apenas llevo escasos meses siendo franquiciado y no me veo en la posición de acertar en esta pregunta. Pero por lo que he aprendido en este tiempo, puedo dar los siguientes consejos:

  • El más importante, que tanto las cosas buenas como las malas deben hablarse y no guardarse nada dentro. Solo así la relación tiene futuro.
  • Que el franquiciado se deje guiar en todo momento por Duldi. Y que no se vuelva loco ignorando los consejos y directrices que marca.
  • Que el franquiciado ponga de su parte por colaborar con Duldi en todo lo que pueda. Al final, el proyecto es personal. Y si el franquiciado no se preocupa de sí mismo, todo puede llegar a desmoronarse.
  • Que no pierda ni un solo día en hacer todas las gestiones que sean necesarias. Un día perdido al principio se acaba echando en falta en los momentos finales y cercanos a la apertura.
  • Que tengan paciencia por encontrar el local. Al final, si el franquiciado está en la brecha día tras día, todo acaba llegando y los locales buenos aparecen.
  • Que la actitud sea en todo momento positiva. Que nunca se deje influenciar por los pequeños baches que vayan apareciendo y que, en un momento u otro, llegan.
  • Ayudar a Duldi en su trabajo y no limitarse solo a escuchar. Es muy importante que el trabajo sea conjunto. Y que haya aportaciones de ambas partes para que el proyecto se vea enriquecido.
  • Por último, que, a pesar del cansancio, de los nervios y de los enfados, la alegría y la ilusión no se pierdan nunca.

Para terminar, aunque no estaba en el guion de la entrevista, quiero mencionar a una serie de personas que se merecen estar aquí incluidas, por formar parte de una manera u otra de este proyecto:

En primer lugar, a ti Sofía (mi pareja), por todo el apoyo que me has dado desde el primer momento. Por animarme a lanzarme a esta aventura y por tener una paciencia que es imposible de medir. Por la compañía en esos días interminables contando gente. De verdad, gracias.

En segundo lugar, a mi padre. Porque sin él y sin su ayuda este proyecto no hubiera podido existir.

En tercer lugar, a mi madre. Porque solo yo sé el sacrificio que ha hecho por ayudarme.

En cuarto lugar, aunque ya lo he dicho, a mis chicas Izaskun, Sandra y Ane. Porque sé el esfuerzo que han hecho para venir a la formación a Barcelona y más aún cuando todo era desconocido para ellas y todo eran dudas e interrogantes.

Y, especialmente, gracias a ti Ane por finalmente haber confiado en mí después de todo y por tu comprensión. No tengo palabras para agradecértelo.

En quinto lugar, a Fátima y a Montse, por la atención diaria prestada en todo momento.

En sexto lugar, a Marcel, que le ha tocado trabajar en un local con una enorme dificultad añadida. Y porque ha sabido gestionar el proyecto de manera espectacular. Eres un profesional increíble.

Y, finalmente, quería que las últimas líneas de esta entrevista fueran para una persona en la que realmente confío como si fuera mi propio padre y del que estoy orgulloso de que sea mi coordinador. Esta persona es Josant, al que estoy enormemente agradecido. Por toda la ayuda que me ha dado cada día desde que le conozco. Y por el enorme sacrificio que ha hecho por atendernos estos días de formación a las chicas y a mí. A pesar de coincidir con el fin de semana. Como ya te lo he dejado claro otras veces, eres una persona increíble. Y por mucho más que escriba, no voy a ser capaz de llegar al nivel del pedazo corazón que tienes.

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