Juan Antonio Tormo, de Skalop: “Un empresario tiene la obligación de hacer crecer su negocio”

Tormo skalop

BUSCADOR DE FRANQUICIAS


El Director General de restaurantes y franquicias de Skalop, Juan Antonio Tormo, habla sobre su experiencia en el trato con la figura del franquiciado, de su empresa Skalop, y del presente y futuro del sector de la franquicia. Skalop, es una pequeña cadena de restaurantes de Palma de Mallorca que lleva un año operando en formato de franquicia.

Para este empresario director de la franquicia del sector de la hostelería, al dar el santo a franquicia, Skalop ha mantenido su esencia que es la cocina pero ha aumentado la carta y ha cambiado la forma de vender el producto como la incorporación de unos conos en comida para compartir, idea importada de EEUU.

Juan Antonio Tormo reivindica las raíces palmesanas de la empresa, con promociones de viajes a la isla en otros restaurantes de la península como en Pamplona. Porque franquicias nacidas en Mallorca hay pocas. Sólo 13 de las más de mil que hay en España tienen su central en Mallorca. De ellas sólo 4 no son ni cadenas de hoteles ni grandes empresas, y dos acaban de nacer como negocio. Aprovechando la conversación, el señor Tormo pone cifras a Skalop. Son 120.000 euros más IVA lo que cuesta abrir un franquiciado. Si el año pasado la enseña compró 15 toneladas de pollo a Matisa (su proveedor), este año van camino de duplicarlo. Para el Director General de restaurantes y franquicias de Skalop, el modelo de franquicia es la única forma ahora mismo de hacer crecer una empresa de tamaño pequeño, teniendo en cuenta el contexto económico que tenemos delante.

En situación de crisis, los bancos sin dar grandes rentabilidades, una franquicia puede ofrecer hasta un 18% de rentabilidad. Y por otro lado, el inversor va a dar trabajo a personas, y eso para un inversor y para un empresario, es una gran satisfacción, nos asegura Juan Antonio Tormo. Hablando de puestos de trabajo, critica los locales de comida rápida donde el cliente tiene que hacerlo todo porque ahí se están eliminando puestos de trabajo que esas empresas podrían tener y no quieren.

De vuelta a las raíces mallorquinas de Skalop, su director confirma que la carne que se consume en sus locales es de Mallorca, se compra a proveedores locales, y según palabras textuales de J.A. Tormo “Hacerlo así es más caro, por supuesto, pero creo que tenemos que hacerlo”. Asumen en Skalop que su comida no es para adelgazar pero que es sana.

Hablando de los nuevos locales, el proceso de peusta en marcha comienza con dos semanas de formación en la isla. Y posteriormente, si el comprador de la franquicia no va a seguir la modalidad de autoempleo, desde la central buscan director de la franquicia al cual forman en comunicación y marketing. Tras la apertura, desde la central están presentes dos semanas y después controles cada trimestre, con seguimiento diario. En el contrato entre franquiciado y central, hay una claúsula por la que se revisará dicho contrato a los 7 años, que es lo que dura la relación inicial.

J.A. Tormo explica también los tipos de comprador de franquicia, que hay varios “R.-Está el empresario que quiere diversificar; está el inversor puro; y luego el autoempleador, es decir, esa persona que tenía trabajo y lo ha perdido pero quiere utilizar sus ahorros para montar su negocio. Este último en principio parece el mejor perfil, porque se juega mucho y le va a poner ganas, pero tiene un peligro: la falta de experiencia”.

En cuanto a la administración, las palabras son de queja, ya que al no ser una cadena hotelera, no se les tiene tanto en cuenta como a los hoteles. Piensan desde Skalop que al dedicarse a la hostelería local en Mallorca y apostando por un producto como la sobrasada, las administraciones deberían cuidar un poco más a este tipo de empresas.

J.A. Tormo defiende a la franquicia desde el punto de vista de estar en medio. “los grandes nos ven como potenciales enemigos de futuro, como pensando «a ver dónde acaban llegando éstos». Pero las patronales (que últimamente pasan demasiado tiempo en las páginas de sucesos y no resultan demasiado convincentes) siempre repiten otro estribillo: «Cada vez que desaparece un negocio tradicional, viene una franquicia”.

 

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