Entrevista a Cristina, franquiciada de Duldi El Prat

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La franquicia de golosinas y dulces Duldi se encuentra en Bizfranquicias 2019, y con motivo de su presencia en la feria, hemos hablado con Cristina Tirado, una emprendedora que lleva más de un año al frente de su tienda Duldi El Prat. Nos cuenta cómo es su día a día y su experiencia como empresaria Duldi.


Cristina, cuéntanos algo a cerca de ti. ¿Quién eres y a qué te dedicabas antes de incorporarte a la familia Duldi?

Hola. Antes de estar al frente de una tienda Duldi, trabajaba como teleoperadora de bancos. Estuve unos 16 años y cuando llegó la crisis, como consecuencia de las fusiones bancarias, me quedé en paro. El paro es algo que afronté muy mal, ya que al ser una persona muy activa, no estaba acostumbrada, por lo que empecé a buscar otras opciones. 

¿Cómo llegaste a interesarte por montar una franquicia? ¿Por qué Duldi?

Como ya he mencionado en la anterior pregunta, al quedarme en paro, empecé a buscar alternativas. Tener un negocio propio era lo que yo buscaba, ya que es algo que daba vueltas en mi cabeza desde hacía tiempo.

Un familiar, que era cliente de la tienda Duldi, me comentó que ésta estaba en traspaso y gracias a esto me empecé a interesar. Cuando se montó, hacía ya un año atrás, pensé que había sido el negocio más acertado que se podría haber abierto en esa zona.

Me pasé a hablar con la franquiciada, busqué información sobre la franquicia Duldi por internet, además de en revistas como Franquiciados o Emprendedores. Éstas últimas las utilizaba habitualmente para informarme sobre las nuevas franquicias o las novedades del mercado, tendencias y condiciones. 

Comprobé que las condiciones de Duldi eran buenas. Al aventurarse una persona sola, como era mi caso, tener un personal que te dé soporte y orientación es un punto a favor muy importante. Así como la ausencia de cánones de publicidad y el no llevarse un porcentaje en los beneficios de lo facturado, fueron factores que me hicieron verla como una opción factible y a mi alcance.

Por otra parte, saliendo del ámbito bancario y en los tiempos que estábamos, me apetecía un negocio donde la gente entra con una sonrisa y sale con una sonrisa más grande; me apetecía dar un giro de 180 grados a mi vida profesional.

¿Tenías experiencia en el sector de las golosinas y el regalo?

¿Experiencia? Sólo como degustadora de gominolas, que me encantan, y además me encanta regalar. En pocas palabras, no tenía ninguna experiencia en el sector, sólo como clienta-consumidora.

Háblanos un poco de tu tienda ¿Dónde está y por qué te decidiste por esta ubicación?

La tienda ya estaba montada, en mi caso, se trataba de un traspaso.

Que no acabara de arrancar no lo entendía, sinceramente, si donde está situada no funcionaba, no funcionaría en ningún otro sitio del pueblo. Conozco El Prat y aquel era el lugar idóneo para una tienda Duldi

Está en una plaza que es el centro neurálgico con respecto a la vida social del pueblo. Desde siempre esto ha sido una zona de terrazas. Hay una guardería delante, el metro a dos pasos y entre la guardería y la tienda un pequeño parque. En éste, los niños siempre paran a jugar y de paso comer su bolsita de JumpersAspitos o Jojitos y su Chupa-Chups.

Además, es un lugar donde se hacen actividades con frecuencia como pueden ser espectáculos de baile y demás. Por lo que no dudé ni por un momento que se trataba de la mejor zona de todo el pueblo.

¿Qué tipo de clientela visita tu establecimiento?

Gracias a la guardería que tengo delante, un gran sector de mi clientela va de 1 a 3 años. Es algo que agradezco mucho, ya que los padres, como consecuencia, también vienen a mí para celebrar los primeros cumpleaños de sus hijos.

Tengo otro gran sector que viene del colegio, del instituto o porque me conocen; los que antes éramos compañeros de estudios, ahora somos padres. 

El Prat es grande, pero sigue siendo un pueblo. Los conocidos, los familiares, los amigos, aquí más o menos todos se conocen y me he dado cuenta de que a mí me conoce mucha gente. Por esa razón, tengo tanto a los padres como a sus niños de clientes.

Mucha clientela mayor también viene a comprar sus caramelos sin azúcar y me tratan como si ya fuera parte de su familia. Vienen tanto a comprar, como a pedirme una tirita o contarme sus preocupaciones; ellos son así  y me gusta que se sientan con esa confianza.

Tengo un instituto y dos academias de idiomas a una calle de distancia, por lo que mi público, también es mayoritariamente adolescente. Todos pasan por aquí para dirigirse a clase y de paso hacen una parada para comprar su chicle, unas patatas o un agua.

¿Cómo es tu relación con el equipo de trabajo Duldi?

Buena, son buena gente. Mi coordinadora de la zona es Chus. Ella siempre se interesa por darme ideas, saber cómo me va y se preocupa por el buen funcionamiento de la tienda. 

Al ser novata en este tipo de comercio, me han sido imprescindibles sus indicaciones durante las diferentes campañas a lo largo de este primer año que llevo en la tienda.

Eres madre de una niña de 7 años, ¿Cómo compaginas tu vida personal y la dedicación a la tienda?

Lo más importante, es que mi niña tiene 7 años y está súper orgullosa de que su mamá tenga una tienda de chuches. Ella es mi comercial más activa. Además, es consciente de que todo el esfuerzo que hago, en parte, es para ella.

La vida del emprendedor es así, hay que hacer pequeños sacrificios, por eso el apoyo de la familia es el más importante, sobre todo el de mi marido, sin él no podría seguir adelante con la tienda. 

Tras este año al frente de Duldi El Prat ¿se han visto cumplidas tus expectativas?

El primer año es como una toma de contacto con el público. Creo que he aumentado mucho la clientela y me esfuerzo cada día por que sea así. Por falta de experiencia, en según qué campañas, hemos agotado todo el stock en poco tiempo. Son estos detalles en los que hay que mejorar en los próximos años. Las expectativas son buenas.

¿Cómo ves Duldi El Prat en un futuro próximo? 

Prometedor, subiendo un poco cada año. Creo que hasta el segundo o tercer año al frente de la tienda, no empezaré a ver un poco de color en los números; los primeros años son para amortizar la inversión inicial, pero esta tienda tiene mucho futuro, por eso sigo trabajando cada día.

Y ya para acabar, ¿qué consejo/s darías a futuros franquiciados Duldi?

Les aconsejo mucha ilusión y asumir que son de 2 a 3 años para ver realmente los números de un negocio. Que cuenten siempre con el respaldo de sus familias, el apoyo de los más cercanos da mucha fuerza. Es muy duro, ya que es un tipo de negocio que te reclama de lunes a domingo, pero a la vez, es muy agradecido. 

El despertar una sonrisa en los niños no tiene igual, es lo más bonito del mundo. Al igual que en los adultos. Es un tipo de comercio donde la gente sale y entra con una sonrisa. En mi tienda todos vuelven a ser niños. ¡Y me encanta!

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