Cinco recomendaciones de la franquicia Alfa Inmobiliaria para no malvender un piso heredado

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Según el vicepresidente de la cadena, las viviendas procedentes de herencias suelen venderse entre un 10% y un 20% por debajo de su precio de mercado.

La pandemia de COVID-19 generó en nuestro país cerca de 70.000 fallecimientos más que en el año anterior entre los meses de marzo y diciembre. Una cifra que, de media, ronda las 400.000 personas.

Esta situación, que lamentablemente ha afectado sobre todo a las personas más mayores, ha generado un efecto que las inmobiliarias ya están sintiendo. Y es que existe un exceso de viviendas que los herederos ponen a la venta. Las oficinas de Alfa Inmobiliaria, red de franquicias especializada en el ámbito inmobiliario, ya están recibiendo de forma generalizada encargos de venta de familiares de herederos.

Jesús Duque es Vicepresidente de Alfa Inmobiliaria. Afirma que “Una vez pasado el duelo inicial, y aprovechando que las medidas de confinamiento comienzan a ser algo más relajadas, los herederos llegan a nuestras agencias con el ánimo de vender la propiedad heredada y “deshacerse” de un problema”. De media, advierte el directivo, las viviendas procedentes de herencias suelen venderse entre un 10% y un 20% por debajo de su precio.

Una oportunidad para los más lanzados

“Heredar una propiedad, no siempre es una buena noticia”, afirma Duque.  Al pago de impuestos correspondientes, es necesario sumar cada año otros numerosos gastos. Un largo etcétera que, en numerosas ocasiones, va haciendo mella en la relación entre los herederos. No siempre todos quieren vender, ni tienen la misma prisa, ni valoran la propiedad por igual.

Todo lo anterior, genera en el mercado múltiples oportunidades para los más lanzados que saben cómo buscar para encontrar estos chollos.

Cinco consejos para no malvender un piso heredado

Ante esta situación, Alfa Inmobiliaria – que ya cuenta con 100 oficinas repartidas por todo el país –, ha identificado “Cinco consejos para no malvender un piso de herencia”. Estos están dirigidos a todos los potenciales vendedores.

Es imprescindible conocer los términos de la herencia. Para vender una vivienda de este tipo es imprescindible haber aceptado previamente la herencia y ser el titular legal de la misma.

En algunos casos, la deuda que conlleva la herencia es superior a todos los bienes y derechos del fallecido. En tal caso, sería más rentable para los herederos rechazarla o recibirla con lo que se conoce como a beneficio de inventario.

Ponerse de acuerdo en el futuro de la vivienda.Una vez se es titular de la propiedad, es necesario decidir cuanto antes (y entre todos los herederos) cuál va a ser el destino de la propiedad. Tanto si el futuro de la vivienda va a ser el alquiler, como si es la venta.

“Nuestra recomendación es que se aborde esta cuestión en el menor tiempo posible. De esta forma evitarán el pago de múltiples recibos de impuestos, seguros, comunidad, etc.”, añade Duque. 

Valora un “lavado de cara de la vivienda”. En el caso de las viviendas en las que han pasado sus últimos años personas mayores, es muy frecuente que ofrezcan un aspecto poco atractivo para los compradores.

“En muchos casos, un pequeño rejuvenecimiento a base de pintura y quizá un repaso a los suelos, mejora enormemente el aspecto de la vivienda. Además, permite visualizar mejor todas las posibilidades de la misma” afirma Duque.

No equivocarse al poner el precio. “Como siempre decimos, las viviendas que salen con un precio por encima del adecuado se terminan vendiendo por debajo de su precio”, añade.

Esto para un particular es una mala operación. Además, cuando se trata de repartir entre varios familiares suele ser el origen de numerosos roces y discusiones. Estos, en muchos casos llevan a algunos a rebajar drásticamente el precio del piso para salir lo antes posible del problema.

Evitar que uno de los herederos quiera vender la casa en contra de la voluntad del resto y lo haga sin el acuerdo conjunto. En este caso no se trataría de repartir la herencia sin acuerdo, sino de vender un bien común sin el acuerdo de todos los propietarios.

“Esto es algo mucho más frecuente de lo que pudiéramos pensar” asegura el directivo de Alfa Inmobiliaria. La salida más frecuente a este problema es, o que el resto de herederos le compren su parte, o que uno de los herederos pueda hacerlo a un tercero.

En este último caso será necesario recurrir a una solución judicial que buscará dividir físicamente la vivienda si es posible. Si no, pondrá a la venta el inmueble mediante un sistema de subasta pública, que hará que el precio de venta sea generalmente inferior al del mercado.

Duque concluye con una recomendación a todas las personas que se encuentren en una situación similar. Se basa en que se informen rápidamente y se dejen asesorar por un asesor inmobiliario especializado con objetivo de no malvender ni generar conflicto familiar.

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