Guerra del pan entre la empresa catalana Granier y el sector panadero y pastelero madrileño

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La franquicia catalana Granier ha iniciado una guerra de precios en el sector panadero y pastelero madrileño. El único objetivo es tumbar a la competencia, y cuando ya no la haya, elevar de nuevo los precios. Las consecuencias son graves, pues la bajada de precios está provocando el cierre de establecimientos tradicionales, despidos de trabajadores y la desaparición de un producto artesanal. Los obradores reconocen que sus ganancias se han reducido a la mitad y algunos no dan más de cinco años de vida a su negocio.

Curiosamente quien está sembrando el malestar entre la comunidad de panaderos y pasteleros ha llegado recientemente a un sector al que está aplicando la política de tierra quemada; entrar, arrasar y posiblemente salir. La sociedad limitada CONSUPAN, ubicada en Vilanova la Geltrú, se creó en el año 2006 para la “contratación por cuenta propia o ajena de obras inmobiliarias” y ha sido en 2013 cuando se ha cambiado el objeto social para poder desarrollar establecimientos y vender productos de panadería.

Esta política ha hecho que en Madrid ya se ubiquen más de 20 establecimientos de la cadena en menos de 4 años. Precios excesivamente bajos, estrangulamiento de proveedores, aperturas en locales que no cumplen la normativa municipal, bollería industrial y pan ni artesanal ni hecho en el mismo momento sino congelado son algunas de las armas de las que se vale esta constructora catalana reconvertida en central de franquicias de panadería. “Croissants a 0,50 céntimos, 5 panecillos de sabores por 1,50 euros, quinteto de fartons a 1 euro o tres Berlinas a 1,50 euros son precios absolutamente imposibles e inasumibles con los costes actuales de materias primas, energía, etc., en esta caso sin duda alguien pierde o bien el que lo fabrica o el que lo vende y su único objetivo es acabar con los negocios cercanos y cuando ya no haya competencia posiblemente subirán los precios, de eso es lo que mucha gente no se da cuenta, porque como ya no hay con quien comparar y va siendo progresivo los clientes no se enteraran que ya están pagando lo mismo que pagaban en la tienda artesana de toda la vida”, explica Francisco Valverde, fundador de Valpan y Vait, con más de 30 años de experiencia en el sector. “Además, faltan a la verdad diciendo al publico que elaboran diariamente sus productos con los métodos tradicionales y con los mejores ingredientes cuando no es verdad, el pan es congelado y la bollería industrial. Es lamentable que se desprestigie así nuestro sector ya que lo que debemos procurar es que la calidad sea nuestro objetivo prioritario, lo artesano es artesano y lo industrial es otra cosa y tratar de hacer pasar lo uno por lo otro no es ni posible ni ético. En Cataluña tradicionalmente el pan ha sido de excelente calidad y sería bueno que las empresas catalanas vinieran a Madrid a competir, lo cual se traduciría en una mejora del sector pero de ninguna forma como lo ha hecho Granier”

El fenómeno del pan y la bollería low cost con sus llamativas ofertas ha ganado clientes día tras día. La crisis aprieta y muchos ciudadanos optan por esta solución. Pero esta decisión pone en peligro a los obradores que aún elaboran este producto de forma artesanal. La crisis es tan profunda que el sector duda de que estos negocios puedan permanecer. “Los verdaderos panaderos, que hacen pan con materias primas de calidad, con personal cualificado y respetando horarios y convenios, no pueden hacer frente a los gastos, ni soportar una competencia desleal, la mayoría de las veces”, apuntan desde la Confederación Española de Organizaciones de Panaderías (Ceopan).

Si hace 30 años prácticamente la totalidad del pan se vendía en panaderías tradicionales, en la actualidad sólo el 40% se oferta en estos establecimientos. La proliferación de otro tipo de comercios que vende también pan ha diversificado los puntos de venta. En esta línea, Ceopan recuerda que todos los establecimientos deben cumplir la normativa de la UE en el proceso de fabricación y venta de pan, especialmente en lo que se refiere a la higiene, al envasado, etiquetado, información nutricional y gestión de residuos.

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