Las asociaciones, motor para la regeneración económica de España

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Las asociaciones empresariales y profesionales, entre las que se encuentra la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), se perfilan como motores de la regeneración económica de nuestro país, con crecimientos que fluctúan entre el 0’8% y el 2’3% en los próximos años En un mundo superpoblado de incertidumbres económicas y oportunidades de negocio, la clave para desarrollarse económicamente estriba en encontrar un marco de cooperación que, por un lado, optimice costes y por otro proporcione a las empresas la posibilidad de desarrollar alianzas estratégicas con otras compañías o profesionales que pueden aportar a su negocio el valor añadido que éste necesita para desarrollarse, diversificarse y abrir nuevos mercados.

Las asociaciones empresariales y profesionales contribuirán a la regeneración económica de nuestro país, con crecimientos que, en el corto plazo, fluctúan entre el 0’8% y el 1’2%, y el 2’3% en el medio plazo. Sobre esos ejes giró el V Congreso de Ejecutivos de Asociaciones de Korazza, una compañía dedicada a la profesionalización y modernización del mundo asociativo.

Una de las reflexiones más significativas del congreso fue expuesta por Milagros Dones, representante del Centro de Predicción Económica (CEPREDE), quien abordó el papel dinamizador que las asociaciones van a jugar en la economía española para, en palabras de la ponente, “cambiar, aumentar y perfeccionar las empresas”. CEPREDE considera que las asociaciones van a jugar un papel importante hacia un crecimiento sostenido del país, por su idoneidad para impulsar los tres factores que contribuirán a acelerar el proceso de recuperación económica: internacionalización, diversificación y desarrollo empresarial. La asociación como marco en el que se entretejen nuevos y mejores servicios, que al tiempo se ofrecen a precios muy competitivos se consolida, por tanto, como un actor fundamental para reconducir a la economía española hacia un escenario de crecimiento sostenible.

En un entorno macroeconómico en el que se perfilan crecimientos, en el mejor de los casos, de reducida intensidad hasta el final de la década, las asociaciones se constituyen como un elemento clave para afianzar el empuje que nuestra economía precisa. Con crecimientos que podrían establecerse en torno al 0,8%, frente al referente negativo que se le atribuye al conjunto de la economía del orden del -1,2% en el corto plazo y avances del 2,3% a medio plazo -también superior al previsto para el conjunto de las actividades-, las asociaciones empresariales y profesionales son un escaparate de las fortalezas del sector empresarial, un motor activo de la regeneración económica del país y su futuro pasa por la innovación.

Sobre la relevancia de la innovación habló uno de los emprendedores de referencia de nuestro país, Carlos Barrabés, conocido por su discurso seductor y la dimensión planetaria del éxito de varios de sus proyectos empresariales. Barrabés explicó lo que muchos ya intuyen. “Vivimos en un mundo cambiante y sin certezas”, lo que, aplicado al mundo de los negocios, se concreta en clientes “exigentes y variables, que ya no se fidelizan a las marcas, que quieren el mejor servicio, personalizado en función de sus gustos y necesidades, y al menor precio posible”.

En este escenario, lo importante es la experiencia del cliente. La clave del negocio para muchas empresas está en cartografiar su comportamiento (a través de la tecnología, como el Big Data) para luego proponerles una experiencia memorable, que les enamore y les vincule emotivamente a una compañía. Para conseguirlo, para conocer con detalle sus gustos y necesidades, las asociaciones son el marco ideal por su capacidad para personalizar el trato y el mensaje, así como por las enormes posibilidades de oferta que abren las diversas relaciones (comunicativas, formativas, comerciales) que establece con sus asociados.

El congreso también indagó en los 360ª del asociacionismo a través del ámbito político, de la prensa económica y del entorno universitario. Francisco Blanco, vicerrector de Información y Comunicación de la universidad Rey Juan Carlos, apuntó que el reto de las asociaciones de nuestro país se centra ahora “en vincular a la nuevas generaciones. A los jóvenes de ahora sí les gusta asociarse, pero para hacerlo tienen que encontrar una fórmula divertida y fácil, un entorno en el que sea sencillo entrar y salir”, como el que por ejemplo ofrecen las redes sociales. Además, apuntó, la asociación ofrece un gran potencial como “palanca de acceso que permita a la universidad llegar a las empresas (para formar e informar mejor a sus alumnos) y, a la inversa, como un intermediador cualificado para que las empresas localicen nuevos talentos que despuntan en el ámbito universitario”.

Por su parte, Carles Campuzano, diputado nacional de CIU por Barcelona, valoró las asociaciones como “elemento vertebrador a través del que el ciudadano se ancla a la sociedad”. En esa línea, afirmó que el marco asociativo genera “una sociedad más trabada, que es una sociedad más fuerte, mejor armada en el ámbito colectivo y como consecuencia de ello con mayor conciencia y búsqueda del bien común”. En resumen “el desarrollo de la proactividad de la sociedad a través del asociacionismo cristaliza en una comunidad de ciudadanos que se autogobiernan”. Entretanto, Carlos Beldarrain, director general del diario Expansión, dibujó la utilidad y los retos que debe cubrir una asociación para erigirse en elemento viable y de utilidad en nuestro tiempo: “la asociación debe convertirse en un facilitador para sus asociados, un lugar de fomento del entorno cooperativo, que contribuya a encontrar soluciones comunes, de negocio, para sus asociados y también un generador de información relevante para la prensa económica, que quiere contarle a sus lectores aquellos aspectos de la realidad empresarial y profesional que más les interesan y preocupan a estos”.

Asimismo, las asociaciones profesionales y empresariales, como el mundo que las ampara, viven un momento de reinvención y redefinición de su identidad y funciones. Sobre este argumento giró el segundo debate del Congreso en el que Sebastián Cebrián, director general de Dircom, expresó que “la asociación está en momento crucial. Nos encontramos en un contexto de catarsis”. En esa línea, apuntó que las asociaciones deben mudar hacia un modelo de gestión más profesionalizado, al tiempo que ganan protagonismo como creadoras de valor a través de una mayor y mejor calidad en los servicios que desarrollan a favor de sus asociados, lo que contribuye a mejorar su reputación e influencia en diversos ámbitos.

Por su parte, Gonzalo Múzquiz, Secretario Técnico de Unión Profesional, incidió en la necesidad de que los Colegios Profesionales afinen en el desarrollo de sus códigos deontológicos, con la consiguiente mejora en el control y desarrollo de los servicios que ofrecen a sus colegiados. Siempre con la idea de ofrecer un servicio más eficiente, edificado en la vinculación emocional con el asociado y donde primen valores como el optimismo y la automotivación colectiva. En una línea parecida, se expresó Francisco Abad, Fundador y Director de la Fundación Empresa Sociedad, quien consideró que la asociación “debe generar cambios relevantes en su entorno” y ofrecer “servicios masivos de calidad a un precio bajo”.

El V Congreso de Ejecutivos de Asociaciones de Korazza se perfila pues como el foro idóneo donde los ejecutivos de asociaciones y colegios profesionales pueden compartir experiencias e ideas para gestionar mejor sus organizaciones, también para establecer nuevas relaciones comerciales y abrir sus horizontes empresariales a través de los talleres formativos que organiza Korazza para gestionar y liderar la asociación.

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